miércoles, 29 de octubre de 2014

Primer día en Rumania

Hoy con mi amigo Hernán, llegamos a Baia Mare, en la región de Maramureș, Rumania. Lo único que tenía como referencia de qué visitar por allí era un listado de las iglesias de madera con sus coordenadas que había sacado de wikipedia y que figuraba entre los principales destinos turísticos del distrito de Maramureș

Resulta por estas latitudes en esta epoca del año anochece bastante temprano y llegamos a la ciudad pasadas las 15:00. Entre que dejamos el check-in en el hotel y todas esas cosas terminamos saliendo después de las 16:00hs y ya estaba empezando a oscurecer, la iglesia que fuimos a ver no estaba muy lejos, pero estaba subiendo la montaña en un pueblo llamado "Desesti". Tardamos bastante en llegar hasta ella para los pocos kilometros que eran, cuando llegamos ya estaba oscuro pero todavía no se habían encendido las luces que había en el camino. En el momento en que la señorita del gps dijo "usted ha llegado a su destino" podíamos distinguir exactamente al lado de donde estabamos, entre la oscuridad, la torre de una iglesia. Yo estaba por bajar del auto pero Hernán me dijo que espere que iba a buscar un lugar un poco mejor donde estacionarlo. entonces avanzamos un poco mas y unos metros mas adelante giramos en "u", en eso por uno de los caminos que cruzan vemos que viene un hombre con 2 caballos y un carro. Se detiene frente al camino mientras nosotros avanzamos con el auto lentamente, vemos que los caballos hacen cierto escandalo, como que se retovan. El los hace callar e inmediatamente, cuando estamos por pasar frente a él, acercandose al auto y agitando los brazos nos empieza a putear en Rumano. Mas allá de que, naturalmente, no podíamos entender lo que nos decía, tampoco podíamos dilucidar bien porque carajo nos estaba puteando.

Continuamos nuestro camino, hicimos varios metros mas y luego volvimos a pegar la vuelta porque no encontrábamos donde dejar el auto y nos estábamos alejando mucho. Finalmente dejamos el auto por ahí y salimos.
Estaba bastante oscuro, el paisaje montañoso estaba cubierto por una niebla y en el aire se podía sentir el olor a leños quemados que suponemos venía de los hogares que calentaban las casas de la zona, de cuyas chimeneas salía humo.

De la iglesia se veía una silueta, estaba ubicada un poco mas arriba que el camino y no se veía bien si se podía llegar hasta ella o estaba dentro de un terreno cercado. A medida que nos fuimos acercando fuimos viendo un sendero de piedras que subía metiéndose en el terreno y luego doblaba para desembocar directamente en la puerta de la iglesia,

Íbamos empezando a ver un poco más, la iglesia era pequeña, pero su forma era bella y lo misterioso de la oscuridad la hacía mas interesante. Nos acercamos, comprobamos que estaba cerrada y que no había nadie. Encendimos las linternas de los celulares y comenzamos a caminar por los pasillos que la construcción tenía entre el edificio en sí y una baranda de madera elegantemente adornada que tenía a los costados. Luego de haber dado algunas vueltas, en un momento veo que en el pasillo de la izquierda hay algo que me llama la atención, vuelvo a encender mi linterna y compruebo que es una escalera que dobla y se mete a una especie de primer piso. Con Hernán nos acercamos y empiezo a subir, esperando que  desemboque en una puerta cerrada. Me sorprendo al ver que conduce a una especie de pasillo, me asomo y que no solo se puede acceder a este primer piso sino que en dicho pasillo hay otra escalera más, también accesible. Hernán se aleja y me dice que si quiero subir me espera abajo. Continuo por la segunda escalera, alumbrando con mi celular ya que a esta parte no llegaba nada de la poca luz que había afuera. Me sorprendo aún mas al ver que esta escalera da a un segundo piso, ya con aspecto de altillo en el cual se ven varios listones de madera que cruzan de un lado para el otro, un par de sogas que bajan desde mas arriba atravesando los pisos de la construcción por unos agujeros, las paredes laterales que se van cerrando a medida que se acercan al techo y otras 2 escaleras (a distintos niveles) que llevaban a aún mas arriba. Tomo una foto con el celular y lo llamo a Hernán para mostrarle, él también se asoma y mira hacía arriba, luego descendemos nuevamente.

Empezamos a alejarnos por el sendero que lleva nuevamente al camino donde dejamos el auto. Enseguida me detengo y le comento a Hernán que temo que si nos vamos en ese momento me voy a quedar con las ganas de haber subido hasta arriba, de modo que pego la vuelta y otra vez ingreso por las escaleras, esta vez ya decididamente hasta arriba, cuando llego al piso en el que todavía no me había metido observo la sencillez y a la vez la prolijidad con la que esta diseñado y contruido este edificio de aspecto tan humilde y bello a la vez, me siento reconfortado por ello y al mismo tiempo por sentir que alguien esta confiando en mi al dejarme entrar.

Subo hasta arriba de todo, es el campanario, veo las campanas a las cuales están sujetas las sogas que bajan atravesando los pisos. Me asomo pero no puedo aprovechar mucho la vista que ofrece la posición ya que alrederor también está todo bastante oscuro. Imagino que estando ahí con la luz de la linterna del celular se me puede ver desde lejos y decido no sacar fotos.

Vuelvo a descender, a la salida Hernán toma unas fotos del frente de la iglesia y yo una del cartel que hay mas cerca del camino. Volvemos al auto y emprendemos la vuelta hacia abajo, hacia Baia Mare.

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